viernes, 12 de diciembre de 2014

EL LLAVERO

He recibido carta de un amigo y en ella incluía un llavero de regalo que ha  sido de mi agrado. El llavero tiene una cruz cuadrada muy peculiar y significativa, porque en su interior existe un hueco en forma de corazón y por el que  fácilmente se puede introducir el dedo cuando tratamos de sacarlo del bolsillo.
Extraigo un fragmento de la carta:
Solemos llevar siempre con nosotros el llavero, sobre todo cuando salimos de casa. Es un gesto que repetimos muchas veces antes de cerrar la puerta: mirar en los bolsillos si las llevamos o no. Y en este caso, si comprobamos que están y vemos el llavero, con éste en concreto, queremos que sea un recuerdo para poder hacer una pequeña oración al Señor y nos encomendarnos a Él al salir a la calle, para que nuestro ángel de la guarda nos acompañe y nos libre de los posibles peligros.

Este símbolo nos recuerda que nuestro corazón está vacío y hemos de “llenarlo” día a día con nuestra oración, con nuestro sacrificio, con nuestra entrega. En poco tiempo notaremos que los días son más llevaderos y más felices.  "Fomentar lo bueno en los demás  es un gozo  para  ellos y un regalo para ti"
Muchas gracias a mi compañero por esta  atención.
"La oración debería ser la llave del día y el cerrojo de la noche"
(John Boyle)