Vivíamos en la misma calle, en Melilla, uno frente a otro. No llegué a compartir juegos con él, porque era unos años mayor que yo: era uno de los mozos a los que nosotros, niños aún, admirábamos.
En su familia eran muchos hermanos y los mayores empezaron a trabajar juntamente con su padre en la rama de la pintura. Siendo muy pequeño ya era pintor de brocha gorda.
En los ratos libres Emilio, junto a sus hermanos, comenzó a tocar la guitarra, que se oía en toda la calle. A los 15 años ya ganó un concurso en la ciudad, cantando flamencos y soleares. Se presentó con la canción “La niña de fuego”cantándola con acento marroquí. Después se fue a Madrid con una barba postiza, chilaba, babuchas y fez rojo (gorro clásico moruno). Más tarde, cuando adquirió fama, se vistió de paisano sin dejar su ya típico gorro. Interpretó todos los éxito de la música de su tiempo, medio en serio medio en guasa. Su estilo resultó novedoso. No había otro que le igualara en su género.
Es de admirar el mérito de esta persona que sin haber aprendido música, hacía sonar la guitarra colocándola sobre su espalda. Salió adelante, ayudando a su familia y haciéndose querer por todos. Fue una persona con una gran filosofía de la vida.
Una vez coincidimos en Madrid. Me ofreció unas entradas para asistir a su espectáculo “Congreso del Humor”, que se celebraba en la explanada de la Plaza las Ventas, donde tenía montada la carpa. Un compañero y yo fuimos a verle. Me llamó la atención el orden y la precisión que ponía en los más mínimos detalles para que todo saliera bien.
Sus últimos años los pasó, en su mayor parte, en su casa de campo que tenía en Orito (Alicante). Su segundo hijo cursó estudios en el colegio Dehón de Novelda, y por ello tuvimos la suerte de verle en alguna que otra fiesta en el salón de actos del colegio, donde entretuvo a alumnos y profesores con sus chistes y parodias.
Murió en Orito en el 87, en un desafortunado accidente por una explosión de gas.
Al hacer esta entrada, siento que le estoy dando un fuerte abrazo, tal y como hice la última vez que le vi.
¡Que allá donde esté, alegre a todos con sus canciones y parodias!
En su familia eran muchos hermanos y los mayores empezaron a trabajar juntamente con su padre en la rama de la pintura. Siendo muy pequeño ya era pintor de brocha gorda.
En los ratos libres Emilio, junto a sus hermanos, comenzó a tocar la guitarra, que se oía en toda la calle. A los 15 años ya ganó un concurso en la ciudad, cantando flamencos y soleares. Se presentó con la canción “La niña de fuego”cantándola con acento marroquí. Después se fue a Madrid con una barba postiza, chilaba, babuchas y fez rojo (gorro clásico moruno). Más tarde, cuando adquirió fama, se vistió de paisano sin dejar su ya típico gorro. Interpretó todos los éxito de la música de su tiempo, medio en serio medio en guasa. Su estilo resultó novedoso. No había otro que le igualara en su género.
Es de admirar el mérito de esta persona que sin haber aprendido música, hacía sonar la guitarra colocándola sobre su espalda. Salió adelante, ayudando a su familia y haciéndose querer por todos. Fue una persona con una gran filosofía de la vida.
Una vez coincidimos en Madrid. Me ofreció unas entradas para asistir a su espectáculo “Congreso del Humor”, que se celebraba en la explanada de la Plaza las Ventas, donde tenía montada la carpa. Un compañero y yo fuimos a verle. Me llamó la atención el orden y la precisión que ponía en los más mínimos detalles para que todo saliera bien.
Sus últimos años los pasó, en su mayor parte, en su casa de campo que tenía en Orito (Alicante). Su segundo hijo cursó estudios en el colegio Dehón de Novelda, y por ello tuvimos la suerte de verle en alguna que otra fiesta en el salón de actos del colegio, donde entretuvo a alumnos y profesores con sus chistes y parodias.
Murió en Orito en el 87, en un desafortunado accidente por una explosión de gas.
Al hacer esta entrada, siento que le estoy dando un fuerte abrazo, tal y como hice la última vez que le vi.
¡Que allá donde esté, alegre a todos con sus canciones y parodias!
Os dejo la dirección de un video, por si tenéis tiempo y queréis pasar un buen rato:
Como buen melillense, pongo aquí también la letra de una canción que, al igual que otros cantantes, dedicó a nuestra tierra:
VIVA MELILLA
Cómo me acuerdo de ti
ay barquito melilllero
como me acuerdo de ti
vine a España sin dinero
y camuflado en un botiquín
con la bata de un barbero
En toa el África del norte
no hay un pueblo como el mío.
Se llama Melilla solo
no le hace falta apellio
Entre pitas y chumberas,
carne de borrego y lana
mi pueblo es lo más bonito
de toda la costa africana
Ay cuando la luna clara
ay brilla en el mundo,
brilla en el mundo
son estrellitas rojas
son estrellitas rojas
los higos chumbos,
los higos chumbos
los higos chumbos, que cogemos allí
sin guantes uno por uno.
Como tú no existen dos
¡ay monte del Gurugú!
Tus castillos son dos jorobas
parecen desde Nador
Desde Melilla a Frajana
Cómo me acuerdo de ti
ay barquito melilllero
como me acuerdo de ti
vine a España sin dinero
y camuflado en un botiquín
con la bata de un barbero
En toa el África del norte
no hay un pueblo como el mío.
Se llama Melilla solo
no le hace falta apellio
Entre pitas y chumberas,
carne de borrego y lana
mi pueblo es lo más bonito
de toda la costa africana
Ay cuando la luna clara
ay brilla en el mundo,
brilla en el mundo
son estrellitas rojas
son estrellitas rojas
los higos chumbos,
los higos chumbos
los higos chumbos, que cogemos allí
sin guantes uno por uno.
Como tú no existen dos
¡ay monte del Gurugú!
Tus castillos son dos jorobas
parecen desde Nador
Desde Melilla a Frajana
hay cuatro leguas
vente niña mañana
con la merienda
Yo pongo el agua,
pongo el camello
yo vendré en la joroba
y tú en el cuello
y tú en el cuello
llevan las olas
y hasta la orilla
un letrero que dice
“Viva Melilla”
“Viva Melilla”