Cuando nos referimos a alguien diciendo que es un "cerdo", normalmente nos viene el significado peyorativo de una persona sin arreglar, sucia; tal vez sea porque estamos acostumbrados a recordar las pocilgas y las cochiqueras que vimos en el pueblo: barro, lodo, mal olor... Algo repugnante y sucio. "Cerdo" también se llama a las personas non gratas, embusteras, marrulleras, hipócritas, etc.
Creo que el cerdo es el animal que más sinónimos tiene: marrano, puerco, gorrino, guarro, gocho, cochino y en Navarra se le llama cuto.
Pero el cerdo en sí tiene otra parte más agradable, más noble, más bella
e incluso lúdica, como ocurre en el pueblo de
Artajona (Navarra), donde todos los años por las fiestas de San Antón, celebran "la rifa del cuto Divino”.
El cerdo destinado para la rifa está de buen ver, hermoso y rollizo. Lo dejan suelto todo el día por las calles del pueblo, siendo el entretenimiento de los chicos e ilusión para los mayores pensando en la posibilidad de ser el agraciado. Los beneficios de lo recaudado tienen un carácter solidario porque todo se entrega al Asilo de la localidad, regentado por las Hermanas de la Caridad.
Por el sur de Andalucía existen varias rutas dedicadas al tema del cerdo.
Hay una ruta llamada “El camino del cochino, una ruta ibérica pura” que empieza en Aracena, donde se cogen fuerzas, degustando un buen jamón de la zona. Lo mismo se repite en los diversos pueblos que forman parte del recorrido, para terminar en Jabugo.
Es digno de ver una piara de cerdos pastando por las verdes praderas sembradas por encinas. Desde el principio, el cuidado que tienen los porqueros con el animal es muy laborioso: lo lavan, lo peinan, vigilan las posibles enfermedades, lo sacan por los prados. Están libres y disfrutan de la vida, aunque ésta…, sea corta.
Se suele decir que “El cerdo es la mejor ave de corral”, porque se aprovecha todo. Un compañero, me dijo:
- “¡Hombre!¿Las pezuñas?”
Pues sí, también las pezuñas son válidas, pues es la parte más idónea para
colgar los ricos jamones que, dispuestos en el techo, forman un artesonado digno de verse y donde los turistas disfrutan del olfato y de la vista.
Para finalizar con esta reflexión sobre el cerdo, solo me que queda añadir que Miguel Hernández tuvo una frase muy acertada que hoy en día, viendo lo que tenemos, sigue siendo de actualidad:
“Hambrientamente lucho yo con todas mis brechas, cicatrices, y heridas, señales y recuerdos, del hambre, contra tantas barrigas satisfechas; cerdos con un origen peor que el de los cerdos”.