miércoles, 25 de marzo de 2015

LA FILOSOFÍA DE LA VIDA

Antiguamente existían muy pocas Administraciones de Loterías, la Once, carreras de caballos etc... Existían unos día señalados. Ahora hemos llegado al límite, es decir: este ejercicio de buena o mala suerte existe todos los días de la semana, incluyendo los Domingos. Yo pienso, sin error a equivocarme, que debe de ser un buen negocio. No se oye en ningún medio de comunicación que hayan cerrado una admiración de loterías.
Cuando nos dirigimos al local para participar con algunos boletos y comprobamos si nos ha tocado algo, descubrimos que no somos agraciados; sentimos cierto descontento que no podemos evitar. Pasan semanas y semanas, sin que te toque, ni siquiera el reintegro, te dan ganas de mandarlo todo al carajo. “El que juega por necesidad, pierde por obligación”.
Existe otro forma de pensar y nada fácil de conseguir y es el ir con la idea de que no nos va a tocar y que con el dinero que invertimos podemos hacer felices a otros que más lo necesiten. Las cosas se ven de otra forma, desde otro prisma y, repito, este altruismo no es fácil de mantener durante mucho tiempo,pero si posible.
“ Quien busca suerte, no la encontrará, es ella la que te debe encontrar”

martes, 10 de marzo de 2015

NO ME CAEN BIEN

 Pienso que debería existir una ley o más vigilancia para aquellos que no cumplen con el deber de recoger los excrementos de su perro. Estas personas no me caen bien.
Vivimos en una sociedad individualista y desaprensiva. Unos pocos no respetan los derechos de otros y hacen lo que quieren.
Algunos dejan libremente a su mascota entrar en los jardines sin ningún miramiento. Si el perro es suyo, también lo es todo aquello que a él le pertenece. Algunos (los menos) se excusan diciendo que el Ayuntamiento, con eso de la crisis, ha “recortado” la distribución de bolsas para estos menesteres. Se trata solo de una excusa equívoca e irresponsable  que ampara a los vagos y despreocupados.
Al parecer, el Ayuntamiento de Galapagar (Madrid), debido a los muchos canes que existen en el pueblo, quiere premiar “el comportamiento cívico” de los vecinos que cumplen con su obligación de recoger los excrementos de sus perros. Ya hace años, el Consistorio organizó eventos relacionados con los canes: uno de ellos es el concurso para aquellos que entreguen una fotografía con la mascota y el dueño tirando la bolsa de los excrementos a la papelera. A todos los que se apunten se les entregará un número con el que tendrán la oportunidad de participar en varios sorteos con sus premios correspondientes. Este y otros ejemplos parecidos, deberían prevalecer.
Puede que en estos casos la recompensa sea mejor que el castigo.
Gregorio Marañón, hablando de la educación cívica, dijo:
“Toda la obra de la educación no es más que una superación ética de los instintos”