jueves, 26 de mayo de 2011

SE NOS HA ADELANTADO

Un desafortunado accidente ha entristecido el lugar donde vivo: ha fallecido Fray Alfredo Zurita Peral (Padre Trinitario), natural de Prádanos de Ojeda (Palencia).
El P. Zurita durante mucho tiempo era el encargado de “llevar” a Jesús a los enfermos, pero…, este día, sábado 7 de mayo del año 2011, se cambiaron los planes. Fue Jesús, el que le transportó a Él, cuando se encontraba en su puesto de trabajo. ¡Designios de Dios que son inescrutables!
Cuando celebró sus Bodas de Plata sacerdotales se le imprimió una tarjeta en la que decía “Reaviva el Don de Dios que te fue concedido cuando te impusieron las manos: porque Dios no nos ha dado un Espíritu de temor, sino de Fortaleza de Amor y Ponderación” (2 tm 1.6.7)
Existen reacciones espirituales frente a la muerte. Algunas personas ante este duelo se sienten decepcionadas de su creencia, de su religión. Otras descubren en este triste acontecimiento el fortalecimiento en la fe, aumentando su esperanza y confiando en la voluntad de Dios. Asumir la muerte no es nada fácil, pero tarde o temprano nos llega la realidad.
El Padre Zurita era muy conocido y querido en el barrio: por donde pasaba iba repartiendo alegría a niños, jóvenes y mayores. Él ha sido el “Buen pastor que conocía bien a sus ovejas” y el pueblo de Alcorcón (Madrid) también le ha reconocido (acordándonos del hecho bíblico) como los discípulos de Emaus, cuando dijeron “Conocimos a Jesús al partir el pan”.
La Iglesia beatifica a personas que por su buen comportamiento han dejado huellas en su vida. El P. Zurita tenía un corazón muy grande; no solo espiritual sino también materialmente, porque ha donado sus órganos: entre ellos el corazón que…¡Sigue vivo!
“Zuri”, como le llamábamos, se nos ha adelantado y nos está esperando allí, en la Casa del Padre.

sábado, 7 de mayo de 2011

EL VALOR DE LA SONRISA




Pocas cosas hay tan gratificantes como la sonrisa: ya sea de un niño, de tu familia, del médico que te atiende, de los conocidos que saludamos por la calle...; el caso es que una sonrisa abre todas las puertas.
Esta actitud no es nada fácil, porque con frecuencia nuestro rostro se ve atormentado y rodeado por los contratiempos que la vida nos presenta cada día. De aquí la importancia que tiene echar mano de ideas y expresiones que nos hagan sonreír y afrontar las vicisitudes del día a día con buen humor.
Es preciso intentarlo porque de esta forma los problemas se vuelven más pequeños: nuestro estado de ánimo se encontrará más rejuvenecido, inspirando confianza y tranquilidad.
La Madre Teresa de Calcuta dijo a este respecto: “No permita que nadie venga a usted sin irse mejor y más feliz. Sea la expresión viviente de la bondad de Dios; bondad en su cara, bondad en sus ojos, bondad en su sonrisa”.

¡Qué palabras tan acertadas!