jueves, 29 de octubre de 2009

EL PEQUEÑO PUEDE AL GRANDE


En toda España y fuera de ella nos ha sorprendido enormemente el resultado del encuentro entre el Alcorcón, un equipo de fútbol de segunda B, y el Real Madrid.4-0, para más señas. ¡Qué vergüenza! ¡Qué ridículo!
El Alcorcón es un equipo que tiene un presupuesto muy humilde en comparación con los millones que acumula el Real Madrid.
Esta historia se repite, tanto en el ámbito deportivo como en otros aspectos. Desde pequeños hemos oído la historia de David contra el gigante Goliat. El pobre, contra el rico. El obrero, contra el patrón. El pequeño, contra el grande.
Recuerdo una película cómica protagonizada por el célebre Paco Martínez Soria: se titulaba Don Erre que erre. En ella, un hombre mayor que tiene una industria pone todo su empeño en conseguir todo lo que se propone, de tal manera que incluso llega a demandar a un banco por una cantidad irrisoria, consiguiendo al fin su propósito.

“Con la audacia se cubren muchos miedos”
(Marco Aurelio)

sábado, 24 de octubre de 2009

A MÁS AÑOS, MÁS NOVEDADES

El carné de identidad hacía tiempo que me había caducado. Las oficinas del distrito estaban pasando por un cambio radical: trasladarse a un local nuevo y espacioso, con su amplio aparcamiento. Por otra parte, estos últimos años he estado muy liado con los médicos. Total, que sin darme cuenta se me echó el tiempo encima de tal forma que ya empezaba a preocuparme el hecho de no renovarlo.
Hice una llamada telefónica para pedir cita. Después de escuchar el disco con varias indicaciones (Si quiere esto, marque el 1; si quiere lo otro, el 2; si lo de más allá, el 3, etc...) pude conseguir que me atendieran ¡con un mes y medio de antelación!
Llegado el día, tomé un taxi que me llevó hasta la misma puerta. En el trayecto iba pensando: ¿Me pondrán alguna sanción por haber pasado tanto tiempo?
Entré en una sala muy amplia, donde había un largo mostrador con ocho ordenadores y su correspondiente silla para el cliente. En unos carteles se indicaba el precio de la gestión: “Renovar el carné, 10 euros. Para el pasaporte, 20 euros.”
Al ser nombrado debes llevar el carné de identidad antiguo y una fotografía. Delante de ti hay un caja metálica con un cristal y en el interior una bombilla roja. Cuando ésta se enciende, debes poner el dedo índice de la mano derecha en el cristal. Inmediatamente, la huella dactilar pasa al ordenador. Después, se coloca el otro índice de la mano izquierda, para realizar la misma operación, con la diferencia de que éste, se debe girar hacia la derecha.
Hay que esperar un poco a que el ordenador termine su proceso. Una vez acabado, sale la tarjeta. Te entregan el nuevo carné y el viejo también, pero éste con un corte de tijeras en la esquina.
Novedad: ya no tienes que untar tus dedos en un tampón de tinta y secarte con un algodón impregnado de gasolina.
Es posible que esto lleve ya mucho tiempo funcionando, pero para mí (tal vez por haber tardado tanto en renovarlo) ha sido una novedad.

viernes, 16 de octubre de 2009

NO TE METAS EN DIBÚ (JOS)...

Hace unos días me vino a la memoria un suceso que he decidido compartir con vosotros.
Me ocurrió hace ya unos cuantos años, en una boda. Estábamos un grupo de personas hablando en el arcén de una carretera secundaria y sin asfaltar. Pasó un coche escarabajo marca Volkswagen a mucha velocidad, sorprendiéndonos a todos. Gritamos y levantamos las manos mostrando nuestra disconformidad al ver esa conducta.
- ¡Pero a dónde hemos llegado!
Tres o cuatro echamos a correr detrás de él (yo el primero) en señal de protesta. El coche se detuvo y de él salió un chico joven y rubio, parecía extranjero.
- ¿Qué pasa?- me dijo en plan chulesco.
Yo, haciéndome el valiente, me puse en postura de kun-fu como para asustarle:
- ¿Cómo que qué pasa? -le dije
Pero él se abalanzó con rapidez sobre mí y me soltó un mamporrazo. Las gafas salieron volando y uno de mis zapatos apareció lejos de donde yo estaba.
Mis cuñados salieron en mi defensa y sujetaron al agresor. Me salvaron de mi incómoda situación. Y el chico desapareció.
Cuando hubo un poco de calma, uno de mis cuñados, sujetándome el brazo me dijo en voz baja:
¡Paco, esto no es lo tuyo !
¡Cuánta razón tuvo al decirme esta frase!
La verdad es que hay veces en las te metes en cosas de las que luego no sabes cómo salir. Y a raíz de esto, recuerdo los versos "de cabo roto" que aprendí de joven de Miguel de Cervantes:
“No te metas en dibú(jos), ni en saber vidas aje(nas),que en lo que no te va ni te vie(ne), pasar de largo es cordu(ra)”

sábado, 3 de octubre de 2009

IN MEMORIAM


Mi tío el P. Antonio Aguilera Álamo falleció en Pamplona el 20 de agosto de 2009, a los 89 años. Era el más pequeño de cuatro hermanos. Nació en Fondón (Almería) igual que mi madre, su hermana, en abril de 1920. Ingresó en el seminario de los PP. Reparadores en Puente la Reina (Navarra) y se ordenó sacerdote en el año 1947. Su primera misa la celebró en Melilla, rodeado de su madre, hermanos y familiares. Yo también estaba allí: tenía 13 años y unos meses más tarde mi tío le propuso a mis padres llevarme con él al colegio, para poder darme una educación. Así, el día 4 de octubre de 1947 ingresé en el seminario de Puente la Reina. Hace, pues, 62 años que mi vida quedó unida a la de mi tío Antonio por unos lazos más estrechos.
Durante mis estudios, mi tío fue el encargado de darme clases de literatura y fue el padre espiritual del colegio.
Hace unos años, estuvo de misionero en Caracas. Allí se encargó de la “Asociación de Amigos de Cristo”, que él mismo había fundado en el Colegio Fray Luis de León en Madrid, donde residía habitualmente. Es de admirar la gran acogida que esta agrupación ha tenido y sigue teniendo en Venezuela.
Lo que más ilusión le hizo en su vida fue llevar la causa del beato Juan María de la Cruz. Esta labor lenta y constante acrecentó más su fe y su espiritualidad. En todo momento pensaba en la causa. Todo sacrificio mereció la pena. Llegó el momento de la Beatificación, en el Vaticano. El haber conseguido ese final supuso para él una gran satisfacción.
Estaba orgulloso de que, a su edad, aún seguía en activo. Solía veranear en Fondón, su tierra natal. Pero, debido a su enfermedad, los últimos años prefirió hacerlo en Puente la Reina ya que ese clima le sentaba mejor para su salud.
En el pasado mes de agosto fue ingresado en el Hospìtal de Pamplona. Allí acabó su peregrinar. Terminó su carrera, guardó su fe.
A pesar de que estoy delicado, no quise faltar al último adiós. Fue un funeral solemne y al que asistió gran parte del pueblo de Puente la Reina, donde era muy conocido y querido. La misa fue concelebrada por un gran número de religiosos de la misma orden, venidos expresamente desde diferentes lugares de España.
Una vida entregada totalmente a la fe, que seguro que ya ha recibido su recompensa.
Gracias, tío, por todo lo que me has dado.