viernes, 12 de diciembre de 2014

EL LLAVERO

He recibido carta de un amigo y en ella incluía un llavero de regalo que ha  sido de mi agrado. El llavero tiene una cruz cuadrada muy peculiar y significativa, porque en su interior existe un hueco en forma de corazón y por el que  fácilmente se puede introducir el dedo cuando tratamos de sacarlo del bolsillo.
Extraigo un fragmento de la carta:
Solemos llevar siempre con nosotros el llavero, sobre todo cuando salimos de casa. Es un gesto que repetimos muchas veces antes de cerrar la puerta: mirar en los bolsillos si las llevamos o no. Y en este caso, si comprobamos que están y vemos el llavero, con éste en concreto, queremos que sea un recuerdo para poder hacer una pequeña oración al Señor y nos encomendarnos a Él al salir a la calle, para que nuestro ángel de la guarda nos acompañe y nos libre de los posibles peligros.

Este símbolo nos recuerda que nuestro corazón está vacío y hemos de “llenarlo” día a día con nuestra oración, con nuestro sacrificio, con nuestra entrega. En poco tiempo notaremos que los días son más llevaderos y más felices.  "Fomentar lo bueno en los demás  es un gozo  para  ellos y un regalo para ti"
Muchas gracias a mi compañero por esta  atención.
"La oración debería ser la llave del día y el cerrojo de la noche"
(John Boyle)

jueves, 27 de noviembre de 2014

YO AVANZO, TÚ AVANZAS, ÉL..

Todos avanzamos en la vida hacia un final seguro y cierto. Cumplimos años y nos cantan el cumpleaños feliz. Nos da pie a pensar en la moneda que tiene dos caras:
La cara es que tenemos salud y cumplimos años.
La cruz es que, sin darnos cuenta, tenemos un año menos de vida.
Gracias al avance de la medicina, la vida se prologa y, a partir de los 80, pertenecemos al club de los octogenarios. Sentimos algo especial, algo diferente cuando empezamos una nueva década: yo ya he visto ocho ceros. Por fortuna, será para mi  el último 0, porque con la diálisis, con la diabetes y otros achaques que me reservo, mi avance no podrá llegar muy lejos y..., si llego, sería penoso.
En su tiempo, hacia el siglo XVI, dijo Baltasar Gracián:
"El hombre a los 20 años es un pavo real; a los 30, es un león; a los 40, un camello;a los 50, una serpiente; a los 60, un perro; a los 70, un mono. Y a los 80... Nada".  Si este famoso escritor jesuita viviera en nuestro tiempo, escribiría que a partir de los ochenta podríamos ser otra clase de animal; por ejemplo, (digo yo, en plan jocoso) una tortuga. Por lo que, desde el día 28 de noviembre, con 80 años, a mí me vendría el sobrenombre de…: tortuga veloz.
"Antes, de joven, caía en la cuenta de todo; ahora, ya avanzado, todo se me cae  sin darme cuenta de nada”

jueves, 30 de octubre de 2014

DIA DE TODOS LOS SANTOS

Este día, en cada pueblo o ciudad se celebra de forma distinta la fiesta de Todos los Santos, aunque todas las celebraciones tienen en común recordar los momentos de la vida pasada de nuestros seres queridos. Ya desde la víspera de esta gran fiesta muchos familiares, silenciosamente, se afanan en barrer, limpiar y adornar con flores las tumbas, expresando el amor con algunas lagrimas de angustia y dolor.
Es una fecha muy familiar, en la que las personas que viven en otro lugar, alejados del cementerio, se acercan para unirse en el dolor de los seres que ya terminaron su peregrinación en esta tierra y ahora están en el cementerio, que en griego significa “dormitorio”, lugar de descanso y donde todos, tarde o temprano, hemos de llegar.
Hace ya bastantes años, estando en Salamanca, un día de Todos los Santos se nos ocurrió la idea de visitar la tumba de Miguel de Unamuno, cuyos restos están en ésta, su ciudad natal. Sentíamos cierta curiosidad por verla, ya que este ilustre filósofo y escritor, llegó a ser Rector de la Universidad de Salamanca.
Acordándome de los difuntos me vienen  a la memoria los versos de Jorge Manrique que dicen: 
Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos
y llegamos
al tiempo que fenecemos
así que cuando morimos
descansamos.

martes, 30 de septiembre de 2014

YA TE DIGO...

Al pasarme por el blog de Josefa leí una anécdota sobre unas gallinas que tenía en su casa y me vino a la cabeza un recuerdo de mi niñez.
Mi padre era carpintero y tenía en el patio, medio cubierto, una pequeña carpintería donde realizaba sus trabajos: los vecinos le llevaban para arreglar, sillas, mesas, etc...
Un amigo, agradecido por un trabajo que mi padre no quiso cobrar, se presentó en casa con un conejo que compró en el mercado. Mi padre, que era muy ingenioso, fabricó en un rincón del taller, con listones y tablas, una pequeña cabaña a modo de madriguera, de tal forma que no se veía el fondo. El conejo salía de vez en cuando para alimentarse.
Pasó cierto tiempo y llegó la celebración de un cumpleaños por lo que se pensó en sacrificar a nuestro conejo. Me acuerdo  de que mi padre nos aconsejó que no presenciáramos la escena pero hicimos caso omiso porque sentíamos cierta curiosidad y, a escondidas, observamos lo que nunca habíamos visto. Nos impresionó mucho a mis hermanos y a mi . Fue un momento que no pudimos olvidar.  
Pasaron unos dos días cuando, estando yo en la carpintería, observé que salía de la madriguera un conejito que era una monada. Corriendo fui a la cocina, donde estaba mi madre. 
- ¡Mamá , mamá ….! - grité radiante de alegría.- He visto entre las maderas un conejillo muy pequeño.
Mi madre, que no se lo podía creer, me acompañó hasta el lugar indicado y esperamos a que saliera. Llegó el momento y ¡oh sorpresa!: no era uno, sino tres. El animal que habíamos sacrificado era una hembra.
Nos entró una gran alegría aunque después recordamos lo que habíamos hecho y pasamos un momento muy malo y muy triste. Habíamos dejado huérfanos a los pobres conejitos.

sábado, 13 de septiembre de 2014

SE HA IDO UN AMIGO


Estoy dándole a las teclas desahogándome del golpe que hemos recibido; unas lágrimas de tristeza empañan los cristales de mis gafas, sin poderlo remediar. 
Leer más sobre él en esta entrada: Mi mascota
Nació en Nueva Sierra (Guadalajara). A los veinte días llegó a nuestra casa, donde ha  permanecido 17 años. 
De cachorro hizo sus travesuras: jugó con cortinas, cojines, prótesis. De joven viajó siempre con nosotros. Hicimos lo posible por encontrarle una pareja para que disfrutara más de la vida, pero fue imposible. De mayor, fue muy competente:
  • Prestaba atención a las visitas que llegaban a casa, con un juguete en la boca. 
  • Era un amigo, y sobre todo uno más de la familia. Siempre junto a sus dueños, dispuesto a acompañarnos. A la hora de comer, dejaba su comida y se acercaba a nuestra mesa para ver qué le caía. 
  • Él no entendía de política, ni de fútbol, ni de guerras. Pero hablaba mucho con su cola y con su lengua que, de vez en cuando, acariciaba mis pies.
  • Tampoco sabía si yo era pobre o rico, feliz o desdichado, sano o enfermo, pero con su mirada expresaba su felicidad y alegría gozando de mi presencia.
  • En invierno, por las noches, cuando se acostaba para dormirse, yo le tapaba con su mantita y él algunas veces levantaba la cabeza y sacaba su lengua en señal de agradecimiento. Era un pequeño gesto, pero a mí me llenaba de satisfacción. 
  • Cuando venía mi nieto a casa, se iba junto a él, esperando una caricia de su tierna y cariñosa mano. Si alguna vez estaba tumbado, mi nieto iba a abrazarlo mostrando lo mucho que le  quería. Se nos fue el día 11 de septiembre, el mismo día que mi nieto cumplía veinte meses. 
Los años tienen su peso. Las enfermedades llegan sin desearlas. Un tumor canceroso le invadió la mandíbula. Casi no veía. Algunas veces, estando en casa, se perdía. Le falló el olfato y la dentadura, de su boca colgaban babas y su andar era fatigoso. A pesar de todo, nunca perdió el apetito. 

Lo llevamos a las veterinarias, humanas y realistas. Nos dijeron: " Si el perro realmente hablara les diría que preferiría morirse".  Agradecimos los buenos consejos y nos resignamos a enfrentarnos a la realidad. No había nada que hacer. Se le tuvo que aplicar la última inyección de su vida. Mi mujer, mi hija y yo estamos entristecidos por este difícil momento, pero sabemos que ha sido un perro feliz al que no le ha faltado de nada.

Adiós, amigo. Tardaremos mucho en hacernos a la idea de tu ausencia. Tu convivencia nos ha hecho muy felices. Muchas gracias.  

"Un perro es la única cosa en la  tierra que te amará más de lo que tú te amas a ti mismo" 

(Josh Billings)

viernes, 29 de agosto de 2014

UNA BONITA ESTAMPA

El abuelo salió temprano, de madrugada. Llevaba  bastón, boina y una ligera maleta. Después de una larga ausencia volvía a su casa, donde vivían sus hijos y su nieto. Pasar la montaña no había sido nada fácil. Le acompañaban la soledad y los trinos de los pájaros. La vegetación rodeaba el vasto paisaje. Un riachuelo con una pequeña cascada bajaba de la montaña. Se sentó sobre una piedra, comió y sació su hambre. Llegó a una llanura. A lo lejos se divisaba una casa, la que siempre fue del abuelo. Al acercarse a ella, le invadió la emoción. Una criatura de ocho años, flequillo en la frente y con tirantes, alzaba las manos gritando: "¡Abuelo... Abuelo... Abuelo... Abuelo!". Era lo que el abuelo oía: una voz pueril y lejana. El nieto, con lágrimas de emoción, abrazó y besó a su abuelo. Agarrados de la mano caminaron hacia lo lejos, donde se divisaba la casa. Los padres, en el dintel de la puerta, esperaban la llegada.
¡Qué reconfortante y agradable es convivir con amor! Abuelo, hijos y nieto: todos en uno.

martes, 29 de julio de 2014

GANÓ LA LIEBRE

Hoy voy a contar una historia que me ocurrió hace ya bastantes  años. Era el mes de agosto y mi hermano y su mujer, que vivían en Lyon, planearon ir de vacaciones a Melilla con su hija de pocos meses para que la conocieran sus abuelos.
Me ofrecí a llevarlos en coche cruzando España, desde Portbou a Almería, con un Cittröen 2 CV (6 voltios), que fue uno de los primeros coches de esta gama que salieron al mercado y del que se decía (en plan humorístico) que consumía como un mechero. Me estoy remontando a los años 60.
El tren llegó desde Lyon a Portbou a su hora, sobre las ocho de la mañana y allí estaba yo en la estación esperándolos. Al vernos comenzaron los abrazos, besos y demás y, una vez realizado el traslado de bultos y bien acomodados, comenzamos nuestra andadura. 
Cada 200 kilómetros aproximadamente, como es aconsejable, parábamos para descansar y tomar un refrigerio. 
Una de la paradas fue en Guadix (Granada) para hacer una visita a un amigo, que nos acompañó a visitar una de las famosas cuevas trogloditas que existen por esas tierras. Quedamos sorprendidos al ver este tipo de viviendas, tan bonito, sencillo y tan primitivo.
Al entrar en la provincia de Almería y pasado Canjáyar con dirección a Fondón (que era nuestro destino), necesariamente tuvimos que pasar por una carretera en malas condiciones, sin asfaltar y con muchas curvas. Se nos cruzó una liebre y se quedó quieta mirando los focos del coche como aturdida.

Con rapidez, hice el juego de luces: largas y cortas. Mi hermano abrió la puerta y salió corriendo tras ella... Yo, avanzando hacia delante, puse el coche a la mínima velocidad mientas la liebre, asustada, entraba y salía de la cuneta totalmente desorientada. Estuvimos mucho tiempo en ello, hasta que desistimos del intento. Mi hermano tuvo que regresar al coche decepcionado, sudando y con la lengua fuera. Yo le miraba con cierta contrariedad pero al cruzar nuestras miradas nos echamos a reír un buen rato. 
¡Qué pena que no pudimos presentarnos en casa de mi hermana, con ese pequeño trofeo!
Este acontecimiento me ha recordado al asceta y escritor San Juan de la Cruz que, en uno de sus muchos poemas refiriéndose al amor de Dios, decía:
                         “Tras de un amoroso lance
                          y  no de esperanza falto,
                          volé tan alto, tan alto
                          que le di caza al alcance“.
Nosotros, de alguna forma “metafórica“, también volamos alto, pero no tuvimos la fortuna de dar caza al alcance. 

viernes, 13 de junio de 2014

ME HE SENTIDO ÚTIL

Hace unos meses recibí una llamada del nefrólogo para que fuera al hospital: quería realizarme una ecografía de la fístula que tengo en el brazo derecho. La fístula consiste en la unión de una vena con una arteria para poder ser dializado. Si colocamos la mano izquierda sobre esta unión, se percibirá un tic - tac similar a los latidos del corazón. Según los entendidos en la materia, está muy bien operada y es por eso por lo que me llamaron, ya que querían comprobar el funcionamiento de una nueva máquina para ver el estado de este tipo de operaciones.
Desde el principio me he considerado un lego en materia sanitaria. Visualizaba la pantalla del ordenador en blanco y negro y me parecía ver el mar alterado y unas rayas que iban y venían. Me parece asombroso que los médicos puedan distinguir algo en esa pantalla.  
La verdad es que me alegro de que esto haya sucedido, porque me he moralizado y me he sentido útil al ver que mi brazo ha sido prototipo de estudio para los alumnos de medicina.
Es importante sentirse útil en todo momento y no caer en una depresión. A nuestra edad, los reflejos son distintos y la rapidez en los movimientos escasea. Hemos realizado una larga trayectoria cargada de años y a veces, sin querer, se nos aísla y se nos quitan responsabilidades.
Por eso, hemos de buscar algo que realizar, cualquier cosa que esté a nuestro alcance; que nos encontremos ocupados, demostrando que no estamos solos: navegar por internet, salir de casa por un rato, andar, echar una partida, convivir con personas de nuestra edad y tantas otras actividades que sirvan de entretenimiento.
Sentirse útil es una necesidad fundamental del ser humano

martes, 10 de junio de 2014

LA MÚSICA

La música está unida a la vida. Los hombres primitivos utilizaron palos y algunos utensilios con los que crearon sonidos... 
Posiblemente apareció al mismo tiempo o incluso antes que el lenguaje. La música nos acompaña al nacer y nos sigue acompañando durante nuestra existencia. Todo lo que nos rodea es música: el aire, la lluvia, el mar, el campo...  
Las nanas se han creado para captar la atención de los bebés: para sensibilizarlos, tranquilizarlos, dormirlos. Van siendo mayores y el sonido los atrae:disfrutan creando melodías con cualquier cosa (mi nieto es todo un experto en esto).
Por otro lado, he tenido la oportunidad de ver la Semana Santa de Zamora en la televisión y me ha sorprendido el gran número de niños y jóvenes tocando el tambor y la trompeta, disfrutando de ese momento. La presencia de la música en las procesiones invita al recogimiento tanto de las personas que tocan como de las que lo presencian.
Y es que la música es una función matemática, con sus tiempos, sus espacios, sus silencios. Es admirable presenciar y sentir una gran coral: cientos de voces al unísono, interpretando la 5ª sinfonía de Beethoven, "El Mesías" de Händel, Verdi con su "Nabucco" y el coro de los Esclavos...
No entiendo los cambios que los gobernantes pretenden hacer en Educación, suprimiendo la clase de música en las aulas (porque, no nos engañemos, convertirla en una asignatura optativa es casi eliminarla). ¿ Esto entra también en el paquete de recortes?
¡Qué mentalidades nos gobiernan para no ver que la generaciones que nos están empujando no pueden ignorar la música que, según Beethoven, "es una revelación mayor que toda la sabiduría y toda la filosofía.” Los profesores de música se irán al paro o “volaran” a otros lugares por no tener cabida en este país que parece despreciar las artes, al igual que otras cosas.
¿Qué nos queda todavía por ver, que perjudique a la cultura de nuestros hijos y nietos?

“La música es sinónimo de libertad, de tocar lo que quieras y como quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión; que la música sea el alimento del amor” (Kurt D. Cobain)

martes, 25 de marzo de 2014

DI PEPET

Un valenciano llamado Pepe, próximo a celebrar el día de su santo, se encaprichó de auto-regalarse un loro. Un amigo le anunció que quería pasar unos días en Valencia con motivo de Fallas: pasaría por su casa para saludarle y recordar momentos agradables.
Pepe se dirigió a una tienda de animales y compró el loro. Su idea era enseñarle alguna gracia y presumir de ella ante su amigo.
Se retiró a una habitación buscando la tranquilidad y procurando que nadie le estorbara. Se sentó en una silla y sobre la mesa colocó la jaula con en el loro dentro. 
- ¡Vamos a ver, lorito! Yo me llamo Pepet y debes aprender a decirlo. 
Y así, con mucha fe y paciencia varias veces le dijo: 
- ¡Di Pepet! ¡Di Pepet! 
El loro no le hizo caso por lo que Pepe cogió la jaula por los laterales levantándola en alto y le repitió las mismas palabras:
- ¡Di Pepet! ¡Di Pepet! 
Y así varias veces. Sin embargo, el loro no cambió de conducta: distraído, miraba por la ventana. 
Pasaron varios días y otra vez reanudó el ensayo. Repitió la misma operación sin resultado alguno. El pobre Pepe, ya perdiendo la paciencia, abrió la puerta de la jaula, cogió al loro por el cuello aproximándolo a su cara y, con los ojos saltones por encima de sus gafas, insistió gritándole: 
- ¡Di Pepet! ¡Di Pepet!
Finalmente se dio por vencido. Cogió al loro y, con desprecio, lo lanzó al corral donde apaciblemente descansaban unas gallinas.
Al día siguiente se levantó, fue al corral y... ¡Oh! sorpresa!
Se encontró una gallina muerta, más adelante había otra y otra...
Al final del corral se encontraba el loro con la última gallina que quedaba viva, diciéndole: ¡¡Di Pepet!! ¡¡Di Pepet!!
 
“Mi destino es el ridículo…
No convencerá a nadie, solo provocará risas"
(Mario Benedetti)

miércoles, 26 de febrero de 2014

OTRA VEZ EN EL HOSPITAL

Este mes de febrero que acaba he pasado una semana problemática. Urgentemente me llevaron al Hospital porque tenía una bacteria en la orina que después pasó a sangre y me encontraba muy cansado y con fiebre. Después las secuelas me retuvieron en casa otra semana más. Gracias a Dios que, como en otras ocasiones, me curaron a tiempo: otra enfermedad más que tengo para “mi colección” (ver Estoy diplomado y Una Semana Santa distinta).

Me veo reflejado en la frase bíblica que dice: "Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados”(Lc. 12.6).
Alguna noches, en medio de la soledad del Hospital, se me saltaron la lágrimas. Un lloriqueo emocional, sin llanto, como si fuera una antorcha encendida de sentimientos, de recuerdos de las veces que he pasado por urgencias, de agradecimiento, y sobre todo de ilusión por seguir viviendo. La vida es lo más grande que tenemos.
El llorar de emoción forma parte de nuestra vida y nos da fuerzas para hacer frente a los problemas que en el futuro se nos presentarán.

El llanto es igual que la risa. Ambos tienen efectos parecidos: eliminan la tristeza y son beneficiosos para la salud. ¡Así que a llorar…! Notaremos una sensación de bienestar que nos hará felices.
Leyendo a Federico García Lorca anoté una graciosa frase que dice:  
Quiero llorar porque me da la gana
 



            

martes, 28 de enero de 2014

¡¡¡CHUTA, MANRIQUE!!!

En mis tiempos mozos, los jueves y sábados por la tarde jugábamos al fútbol en el campo que el colegio tiene en Salamanca. Algunos colegios organizaron una liguilla de fútbol que estuvo en vigor dos o tres años. Los encuentros se iban sucediendo con la afición en aumento y la emoción iba de menos a más a medida que la liga iba avanzando.
Yo jugaba de extremo derecho, que era el puesto que siempre me ha gustado. Me ponía un pañuelo anudado en la cabeza para recogerme el pelo (que antes tenía) y para secarme el sudor. No destacaba, pero me gustaba mucho jugar.
Recuerdo un partido especialmente reñido en el que mi portero lanzó el balón en profundidad y cayó a mis pies. Oí una voz del delantero centro que me decía:
"¡¡Chuta, Manrique!!"
 
Miré y coloqué el balón en la cabeza de mi compañero. Al instante oí gritar con entusiasmo: 
"¡¡Goool !!¡¡Goool!!"
Fue una gran emoción para el equipo y sobre todo para mí, que en ese momento me sentí como un líder... No hubo más goles en el partido y finalmente, con mucho sudor, conseguimos el triunfo.
Este hecho sucedió hacia los años 60. Sin embargo, hace unos años me volvió a suceder lo mismo pero con otra modalidad. Estaba jugando al fútbol y oí decir:
¡¡Chuta, Manrique!! 
Y lo hice, pero no oí el ¡gol! de alegría, sino unos ¡¡ay!!¡¡ay!! dolorosos que salían de la boca de mi mujer, quejándose de su pierna. En ese momento no le hizo gracia, pero se ha convertido en una anécdota que contamos una y otra vez en las reuniones familiares. 
“Es importante que el hombre sueñe, pero lo es igualmente que pueda reírse de sus sueños” ( Lin Yutang )

domingo, 5 de enero de 2014

TIJERETAZOS

Cuando yo era pequeño, conocí a los obreros que tenían  bicicleta para ir al trabajo. Eran considerados afortunados: los vecinos los miraban y comentaban cómo esa persona iba triunfando en la vida. Más tarde llegó el sustituto de la bicicleta: el Seat 600.  Hubo mucha demora para conseguir el pedido a Barcelona. España iba progresando en todos los sentidos: aparecieron las lavadoras, las televisiones, los grandes almacenes, los vídeos, etc.
Ahora nos encontramos con la gran papeleta de ver cómo va desapareciendo, de manera vertiginosa, todo aquello que con gran sacrificio hemos conseguido. El descontento general ha invadido nuestras vidas.
¿Qué nos deparará este nuevo año que comienza?
Unos, con demasiado optimismo, afirman que se acabarán los recortes.
Otros dicen que semejante futuro será inalcanzable y yo creo que así será.
Estamos cansados de oír mentiras.
Tenemos pendiente la venida de los Reyes Magos que vienen de Oriente trayéndonos paz, felicidad y regalos. Estaría bien que al regresar se llevaran a todos los carteristas, mangantes y demás indeseables con estudios de ratero que pudieran. Nos hace gracia el dato humorístico, pero cuántos nos alegraríamos de que esta ocurrencia se convirtiera en realidad.

El pueblo no es tonto, pero el poder pretende hacerlo tonto y lo está demostrando con tantos tijeretazos, principalmente en la sanidad y enseñanza. Y Dios nos pille confesados para que no veamos cosas peores.
Al poder le ocurre como al nogal: no deja crecer nada bajo su sombra” (Antonio Gala)