miércoles, 23 de septiembre de 2015

LA RUTINA

Rutina, según la RAE, es la “habilidad que es únicamente producto de la costumbre”.
La inmensa mayoría de las personas hacemos las cosas mecánicamente,  a fuerza de la cotidianeidad;
nos hacemos hábiles a base de repetir muchos actos en cualquier trabajo que ocupemos, y así conseguimos cierta profesionalidad que beneficia a la empresa a la que dedicamos nuestro tiempo. Por ejemplo cajeras de un supermercado, enfermeras con pacientes en diálisis, trabajo en cadena,  etc…

Por otro lado, también es halagador cuando “rompemos la rutina“: unos días de puente, unas vacaciones de Navidad, Semana Santa  y, sobre todo, el mes de agosto. Entones es cuando decimos: ¡A vivir! ¡Al carajo la rutina!
En estos días, los niños y adolescentes vuelven a sus rutinas después del merecido descanso estival, incluido mi nieto. Casi todos los pequeños lloran cuando se dan cuenta de que la libertad del verano ha terminado, pero al mismo tiempo están contentos porque todos necesitamos esas rutinas que hacen que las vacaciones se disfruten mucho más.
“Desde el nacimiento hasta la muerte, de lunes a lunes, de la mañana a la noche, todas las actividades, están rutinizadas y prefabricadas”
(Erich Fromm)

miércoles, 2 de septiembre de 2015

MI BARRIO

Vivo en San José de Valderas (Alcorcón). No nací aquí pero llevo más años en él que en mi propia tierra. Por eso es mi barrio.
Cuenta con  un extenso parque, en el que se respira a pulmón abierto. Es una gozada ver a las mamás con sus cochecitos paseando a sus bebés; los niños con patines; los jóvenes con sus bicicletas y monopatines... En ese parque están los famosos Castillos, que se inauguraron en 1917. Actualmente se celebran en ellos actos culturales. 
En mi barrio hay relativa seguridad y calma; un centro de ocio para personas mayores y muchos establecimiento a los que puedo ir andado. El comerciante autónomo te atiende, se interesa y te ofrece un buen servicio. Panadería, peluquería, estanco,administración de lotería, farmacia, librería, parada de autobús, ambulatorio, hospital, fisioterapeuta, veterinario, Renfe, iglesia... Y no podía faltar la presencia de El Corte Inglés para llegar al “coronatus”. La Policía y los Bomberos quedan al otro lado del pueblo. Por último, también está el cementerio, pero ahí no iré andando porque, en su día, serán otros los que me lleven.
La felicidad la encontramos en el lugar donde vivimos.