miércoles, 29 de abril de 2009

MEJILLONADA

Una vez estuve en Abanqueiro, en el concejo de Boiro (La Coruña). Estuve varios días por esa zona y saqué tiempo para todo. Un día, la familia de uno de los alumnos del colegio, me llevó en su barca, llamada “Cala boca” para estar en su batea o mejillonera.¡Qué panorama más original observar esos flotantes criaderos, que desde lejos te imaginas barcas!
El último día, me acuerdo muy bien, fue la fiesta de Santiago. Esta familia se pegó un madrugón y empezaron a sacar mejillones a trochemoche al tiempo que seleccionaban los más buenos para cargar el Citröen Dyanne 6, mi coche. Calcularon demasiado bien, de tal forma que lo llenaron hasta reventar.
Nada más terminar, después de tomar un cafelito”familiar”, me despedí y… ¡al volante! Había un olor, que hacía imaginar que estabas en una marisquería.
A las 11 de la mañana, tomé el camino hacia Venta de baños. Debido al peso, el vehículo no quedaba recto: los faros miraban hacia el cielo.
Por tierras de León tuve que repostar. El encargado de servirme la gasolina, observando que la boca del depósito estaba muy baja, dijo:
- ¡Caballero, este coche va de culo!
Yo sabía desde el principio que iba con exceso de peso, pero ¿cómo iba a renunciar a tan valiosa carga?
Durante el viaje, pensé que no saldría bien, pues recordaba el dicho: “La avaricia rompe el saco”. Pero me equivoqué. Llegué de noche, felizmente, sin que ningún agente me interviniera.
Algunas veces tenemos a nuestro lado un “angelito” que nos protege y no nos damos cuenta.

sábado, 25 de abril de 2009

CORAL CLUB AMIGOS

El día 18 de abril por la tarde tuvo lugar el enlace de dos voluntarios del CLUB AMIGOS (Asociación de ocio y tiempo libre para personas con discapacidad intelectual). Ya he dicho en alguna ocasión, que pertenezco a este voluntariado desde que me jubilé.
La coral del Club, a la que antes de enfermar me dedicaba, intervino con sus cánticos, en el enlace. No faltó ninguno. Estaban todos, los 32 componentes dirigidos por el matrimonio Efrén y Eu. Los chavales estaban muy emocionados, ya que para ellos suponía un tarea de gran importancia. Para la ocasión, estrenaron vestuario: los chicos llevaban camisetas de varios colores (rojo, amarillo, blanco, gris) y las chicas una blusa de flores.¡Estaban guapísimos/as.
En el tiempo que lleva funcionando esta Asociación (24 años) se han celebrado 9 enlaces entre los voluntarios. Dedicar parte del tiempo en una causa como ésta, el trabajo juntos, da pie a que las personas se conozcan y esta relación dé buenos resultados.
El trabajo del voluntario consiste en darse a los demás sin nada a cambio, y esto supone una gran generosidad por parte de la persona. Es gratificante “tratar a los demás como quisiéramos ser tratados”

sábado, 18 de abril de 2009

RECUERDOS DEL AYER


Cuando estuve en el colegio de Puente la Reina (Navarra) en 1974, cursando el bachiller, todos los meses teníamos programada una excursión.
La primera que hice se me ha quedado muy grabada en la mente. El día nos acompañó: era de esos días que sin salir el sol se estaba muy a gusto en la calle. El lugar señalado para pasar el día fue en una explanada por donde pasaba un riachuelo, entre Mendigorría y Larraga.
Como leyenda, un compañero me contó durante la construcción de la iglesia del pueblo de Mendigorría escaseó el agua y por ello tuvieron que terminarla empleando vino.
Yo no estaba acostumbrado a andar tanto, circunstancia poco agradable a la que tuve que hacer frente además del frío.
Una vez llegado al sitio indicado ya fue otra cosa porque empezamos a jugar y a entretenernos a lo grande.
Lo que más me llamó la atención fue que la comida la transportaron los compañeros mayores, guiando el carro tirado por un caballo, al que llamábamos Felipe. Era el único vehículo que tenía el colegio para uso y trabajo en la huerta. Traían todos los ingredientes y artilugios para hacer una paella. Ni qué decir tiene que la paella fue toda una obra de arte. Aunque, por una razón o por otra tardó un poco en hacerse. Yo creo que fue que el estómago corrió más de la cuenta y el buen olor ayudó en parte a que la hambruna fuera en aumento.
Después de un descanso prudencial, había que pensar en el regreso. Todo preparado y en marcha. Ya sabemos todos que en estos eventos y situaciones parecidas no es igual el ir que el volver… pero llegamos.

En el colegio, el prefecto de disciplina, se encargaba cada trimestre de distribuir a los alumnos algunos trabajos u oficios para la buena marcha del internado: enfermería, sacristía, ropero, campanero, aguador, comedor, servicios, etc. Por aquel entonces en el colegio no teníamos agua potable. Había que traerla de un aljibe situado en la Alcolea de Arregui, próxima al colegio. Una de las veces, me encomendaron este servicio. Había que salir un poco antes de la comida provisto de una especie de marco realizado en madera que sujetaba los cubos. Teníamos que meternos dentro del marco y coger un cubo en cada mano. De esta forma se evitaba que la carga rozara las piernas. El trabajo no era gravoso, más bien divertido. Pasado algún tiempo, otro compañero tomó el relevo.

Sin embargo, el oficio que más me gustó, fue el de campanero. Había que subir a la torre de la iglesia. Se trataba de bandear la campana todos los días a las 12 (hora del ángelus). Frente al campanario existía una montaña cultivable (ahora han construido viviendas).
Una de las veces mientras estaba tocando, vi a un labrador que había parado su trabajo, descubierta la cabeza, boina en mano, rezando el Ángelus. Desde aquel entonces, a mi corta edad, me consideré una persona importante pensando que mi labor servía para algo.
Cambian los tiempos, las personas y las cosas. Nos causa cierta tristeza a los que hemos vivido tiempos remotos, ver como eliminan “cosas” que en algún momento nos han dado emoción y alegría.

jueves, 9 de abril de 2009

LA PRIMERA VEZ QUE VI...

Es cierto que siempre hemos tenido una primera vez para cualquier cosa que imaginemos. Si miramos a nuestro alrededor veremos objetos o cosas que sentimos y percibimos.
¿Cuándo fue la primera vez que viste el mar?
La pregunta sobra para aquellos que han nacido en pueblos o ciudades costeras. Ocurre lo mismo que con la tele. A esta pregunta sólo contestaría media España, porque la otra media nació con la tele en casa.
La primera vez que monté en barco y tren fue a los 13 años haciendo el trayecto Melilla-Valencia-Navarra. Tuvieron que pasar 7 años más para montar por vez primera en avión. Fue de Madrid a Nador, pueblo marroquí, porque en Melilla todavía no había aeropuerto.
La primera vez que disfruté de las escaleras automáticas, fue en Madrid en el centro comercial Galerías Preciados (hace tiempo que cerraron). En realidad no fui a comprar nada: sólo entré por la novedad de esas escaleras.

También en Madrid vi por primera un campo de fútbol iluminado. Fue en el Estadio Santiago Bernabéu en el año 1957. Había una invitación para todos los colegios de Madrid y esa vez se llenó el campo de chiquillería, porque fue una gran novedad y además gratis.


La primera vez que vi la televisión, en blanco y negro, fue en casa de D. Mariano Medina (el hombre del tiempo en los años 50-60). Sus hijos estaban matriculados en colegio Fray Luis de León. A uno de ellos lo tuve en clase. Coincidiendo con que mis padres tuvieron que venir a Madrid por motivos médicos, pensé en hacerle una visita a D. Mariano con la idea de que mis padres y yo pudiéramos ver la televisión por primera vez en su casa. Y así fue como pudimos gozar de esta novedad, gracias a la disponibilidad de esta familia.
Estas son algunas de las novedades que recuerdo y que me llamaron más la atención. Me gusta recordar estas cosas, porque me distraen, que me viene bien, y me remontan a otros tiempos.

jueves, 2 de abril de 2009

CASTAÑAAS!!!

Habíamos organizado una salida desde Venta de Baños, por tierras palentinas Iba con mis compañeros Rodríguez, Carrera y Gabriel en un Citröen Dyanne 6 y al volante, como era costumbre, el que redacta esta anécdota. Pasamos por una carretera secundaria, sin mucho tráfico y cuando íbamos hablando de nuestros temas, desde lejos observamos algo extraño en la cuneta y en parte de la carretera.
¿Qué será? Levanté el pie del acelerador y vimos con sorpresa unas cuantas castañas desperdigadas.
¡Para, para! - dijo Rodríguez (que era asturiano) - ¡Son castañas!
Todos comprendimos que había que bajar. En 5 kilómetros a la redonda no se veía un alma. Seguramente, alguna furgoneta no llevaba bien controlada la mercancía y se habían caído a la calzada.
El saco no debía de ser muy grande o al menos eso daba a entender porque, la cantidad que se cayó no era excesiva ni tampoco una pequeñez.
Los cuatro nos arreglamos como pudimos para dejar limpia la cuneta y la calzada gracias a unas bolsas de plástico, un cubo pequeño, etc.
Seguidamente, como es natural, empezamos a “catarlas”. Estaban riquísimas. No sé que tienen estas circunstancias que lo que no pagas, lo que te encuentras o lo que te dan inesperadamente, normalmente sabe mejor.
Después de este acontecimiento inusual, reflexionamos sobre el caso:
“Mientras unos se llevan un disgusto por la pérdida de algo, aunque sea de poco valor; otros reciben una alegría”.

miércoles, 1 de abril de 2009

UN PREMIO!

Hoy me he encontrado con la noticia de que he recibido el premio "Blog mágico". Me lo ha concedido Marga, cuyo blog podéis y debéis visitar en esta dirección:



Las condiciones de este premio son las siguientes:

1.- Exhibir la imagen del premio.

2.- Poner el enlace de la persona o personas que te lo ha concedido.

3.- Elegir 15 blogs.

4.- Comunicárselo a los premiados.

Yo paso el relevo y entrego el premio a los siguientes blogs: