Como todos los días y por recomendación del médico, salí por la mañana a andar y, de paso, a comprar el pan. Me encontré con un vecino y al decirle que iba a comprarlo comenzamos a hablar sobre el pan. Él es de la provincia de León y me comentaba lo bueno que es el pan de su tierra. También comentamos lo ricas que están las fabes de Asturias, de donde es su mujer. A nuestro lado había un grupo de chavales de un colegio cercano que habían salido al recreo. Uno de ellos, al terminar de beber la coca-cola, tiró la lata a la papelera queriendo “encestar,” con tan mala fortuna que pegó en el bordillo de la papelera y la lata saltó a la calzada, que no suele estar muy transitada porque únicamente lleva a una plaza. Mi amigo y yo nos quedamos viendo al grupo, que permanecía inmóvil. Miré hacia ellos sin mostrar cara de enfado, dejé a mi amigo y me dirigí a la lata, me agaché apoyado en el bastón, cogí la lata con dificultad y la deposité en la papelera. Algunos del grupo aplaudieron y otros levantaron el dedo pulgar en señal de aprobación. Me dirigí hacia ellos tranquilamente y les dije: Nunca olvidéis que: “No aprendemos de la escuela, sino de la vida”.
El culpable bajó la cabeza reconociendo su mala actuación.“ No se puede enseñar nada a un hombre; solo se le puede ayudar a encontrar la respuesta dentro de sí mismo “
(Galileo Galilei)
7 comentarios:
No cabe duda de que la vida nos señala nuestros aciertos y errores. La gracia es saber reconocerlos. Saludos.
Bonita lección le diste a los chicos. Si se la aplicaron, ya aprendieron bastante ese día.
Un abrazo,amigo.
Muy buena tu forma de enseñar. Si le hubieras retado, se hubiera ofendido, pero así, tuvo que bajar la cabeza y es seguro que no se lo olvida más, ni lo vuelve a hacer.
mariarosa
Dando ejemplo, eso está bien.
Los jóvenes tienen eso arranques de orgullo, pero tu actitud les dio un buen ejemplo.
Isabel
Tu actitud fue mucho más efectiva y positiva que una reprimenda que quizá te hubiese ocasionado una situación desagradable. Te felicito por ello.
Un abrazo desde mi mejana
Buena lección, aunque tal vez no deberías haberte agachado a recogerla, teniendo en cuenta que ibas con el bastón... Recuerda que lo primero es cuidarse uno mismo.
Abrazo!
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