sábado, 6 de abril de 2013

UNA SEMANA SANTA DISTINTA


El día 23 de marzo, por la mañana, me levanté de la cama porque no me encontraba bien. Tuve una hemorragia grave con las heces. De por sí, la sangre es muy escandalosa; pero ésta lo fue mucho más.
Mi mujer y mi yerno me llevaron al ascensor y, mareado y con temblor de piernas, me ayudaron a subir al coche dirección al Hospital de Alcorcón, a urgencias.
 Llegados al Hospital, me atendieron con la parafernalia que estos casos exige. Me vi tendido en la cama, rodeado de cables, con un computador-monitor enfrente, médicos y estudiantes a derecha e izquierda, todos vestidos de verde y pendientes del resultado del electrocardiograma. Hubo un silencio, todos atentos al monitor. Pasados unos segundos, oí que mis latidos estaban estables, por lo que podía entrar en quirófano. 
Me entregaron una hoja impresa y un rotulador azul: realicé una firma tan grande que llegó de lado a lado. Al mismo tiempo de firmar pronuncié: “Señor, en tus manos encomiendo mi espíritu”.
Me esperaba una colonoscopia de urgencia porque tenía una hemorragia digestiva baja. Me dieron un sedante que me transportó a otro espacio y allí no me enteré de nada.
Al despertarme, de reojo, vi un soporte de donde colgaban tres bolsas de sangre (días más tarde tuvieron que ponerme una bolsa más). Pensé en aquellas personas que en su día donaron su sangre para que otros pudieran alargar sus vidas. Gracias a los donantes, por este gesto sencillo y bello, por salvar vidas sin importaros quien pueda ser el receptor. ¡Gracias, amigos!
Estando en reanimación, dejaron entrar a mi mujer y mi hija, que estaban ansiosas por verme. Al día siguiente me subieron a planta. Allí, a la hora punta, se observa un movimiento de batas blancas, todas con su instrumental: tijeras, esparadrapo, bolígrafo, etc,  para atender al paciente. He de señalar el buen trabajo y la dedicación que en todo momento han tenido estas personas conmigo. Ha sido muy alentador que en medio de mi enfermedad y sufrimiento estuviesen en mi camino personas amables, simpáticas y alegres, que colaboran con la recuperación y ayudan a llevar mejor la enfermedad.
El estar ingresado en el Hospital, me ha llevado a hacer un alto en el camino. Han sido 11 días en los que ha dado tiempo para todo, pero sobre todo para reflexionar. En los momentos difíciles, hemos de sacar lo positivo que hay en ello, porque las cosas no ocurren por casualidad. Se trata de una búsqueda complicada. Enumero algunos puntos positivos que me han servido de gran apoyo en esta trágica circunstancia:
- Observo a mi mujer, a la que no terminaré de ponderar lo suficiente. Ella ha estado mucho tiempo a mi lado, no ahora, sino siempre: me ha llevado el papeleo, las medicinas, los análisis, los médicos, los cuidados en casa, etc... Puedo decir con certeza que, gracias a ella, sigo pisando esta tierra.
- Uno de los días, mi hija y mi yerno se presentaron con mi nieto en el Hospital, permaneciendo en pasillo, al que yo salí para besarlo y abrazarlo. Fue un momento muy emocionante.
-Estuvieron presentes familiares, amigos y Paco, mi compañero de habitación, con su mujer e hijos con quienes dialogamos en varias ocasiones. Cuando se ha de convivir en una habitación donde se respira tristeza y dolor, es gratificante una ayuda para soportar la carga.
-Oír Radio María en las largas noches me ha servido como sedante para el espíritu y consuelo para el alma. 
El momento, las circunstancias, la soledad de la habitación, sentimientos, recuerdos y el dar gracias a Dios hicieron que, participando de la Eucaristía de Jueves Santo por la televisión de la habitación, brotaran de mis ojos unas lágrimas de emoción.
Todo este cúmulo de sucesos lo considero como positivo y me da fuerzas para seguir caminando, recordando que la vida es bella.

11 comentarios:

Chelo dijo...

Parece que ya est´ss recuperado del susto y sólo ha sido eso, un susto.
Me alegro, un abrazo

Tracy dijo...

¡¡¡Cuídate!!!

Felipe Tajafuerte dijo...

Me alegra ver que estás lo suficientemente recuperado como para poder hacer esta entrada. Y me satisface el que hace unos días decidieras reanudar tu actividad en el blog. Ya te dije que me preocupaba el no tener noticias tuyas durante tanto tiempo. Que te mejores y ¡ánimo!Un abrazo desde mi mejana

Zamarat dijo...

Pues sí que has tenido unas vacaciones diferentes, si...
Me alegro de que todo haya quedado en un susto. Ahora, a volver a la normalidad poco a poco.
Abrazo!

Escritos en tu nombre dijo...

Querido Manrique; Felices Pascuas.

Nunca mejor dadas las felicitaciones. Ha sido un mal momento, ya paso, pero debes cuidarte.

Un abrazo fuerte desde Buenos Aires y que la primavera te alegre el día.

Rosa

Martha bernal dijo...

Gracias a Dios ya estás en recuperación, cuídate mucho y sigue las indicaciones del Dr. Un abrazo.

Marinela dijo...

Si,la vida es bella, solo que cuando la tenemos en peligro es cuando nos damos cuenta de cuanto la queremos. A veces viene bien llevarnos algún susto para apreciar lo que tenemos.

Manrique, cuídate mucho y disfruta cada momento del día.

Un abrazo.

Marga.f.Villalonga dijo...

Ohh!!! mi querido Amigo!!
Que semana santa pasaste, pero me alegra saber que lo has podido contar y compartir con todos.
Y me alegra que te haya servido para reflexionar, pues toda reflexión es buena.
También me alegra saber, que tienes tanta gente a tu alrededor, tanto calor Humano, y tan Buena compañera a Tu lado.
Muchos besos guapo, y espero seguí leyéndote muchísimo tiempo!!!

Antorelo dijo...

Me alegro mucho de que estés mejor. En estos momentos es cuando más valoramos a las personas que nos quieren.
Un abrazo, amigo. Que te mejores.

Leticia dijo...

Querido Francisco Manrique, lo prometido es deuda y yo prometí echarle un vistacito a tu blog. Veo que has considerado que tu paso por el hospital merecía ser publicado y me alegra leer pequeños "detalles" en los que creo he contribuido. Espero que todo te vaya bien, que estés completamente recuperado y que disfrutes de tu familia.

Un beso enorme de una de tus enfermeras,
Leticia.

Manrique dijo...

Hola Leticia:
Veo que encima de tu simpatía, y tus atenciones eres fiel cumplidora.
Me alegro de tu comunicación al pasar por mi blog y te deseo lo mejor tanto en el trabajo, como fuera de él.
Saludos a tus compañeras.
Abrazos.