En mis tiempos mozos, los jueves y sábados por la tarde jugábamos al fútbol en el campo que el colegio tiene en Salamanca. Algunos colegios organizaron una liguilla de fútbol que estuvo en vigor dos o tres años. Los encuentros se iban sucediendo con la afición en aumento y la emoción iba de menos a más a medida que la liga iba avanzando.
Yo jugaba de extremo derecho, que era el puesto que siempre me ha gustado. Me ponía un pañuelo anudado en la cabeza para recogerme el pelo (que antes tenía) y para secarme el sudor. No destacaba, pero me gustaba mucho jugar.
Recuerdo un partido especialmente reñido en el que mi portero lanzó el balón en profundidad y cayó a mis pies. Oí una voz del delantero centro que me decía:
"¡¡Chuta, Manrique!!"
"¡¡Chuta, Manrique!!"
Miré y coloqué el balón en la cabeza de mi compañero. Al instante oí gritar con entusiasmo:
"¡¡Goool !!¡¡Goool!!"
Fue una gran emoción para el equipo y sobre todo para mí, que en ese momento me sentí como un líder... No hubo más goles en el partido y finalmente, con mucho sudor, conseguimos el triunfo.
Este hecho sucedió hacia los años 60. Sin embargo, hace unos años me volvió a suceder lo mismo pero con otra modalidad. Estaba jugando al fútbol y oí decir:
Este hecho sucedió hacia los años 60. Sin embargo, hace unos años me volvió a suceder lo mismo pero con otra modalidad. Estaba jugando al fútbol y oí decir:
¡¡Chuta, Manrique!!
Y lo hice, pero no oí el ¡gol! de alegría, sino unos ¡¡ay!!¡¡ay!! dolorosos que salían de la boca de mi mujer, quejándose de su pierna. En ese momento no le hizo gracia, pero se ha convertido en una anécdota que contamos una y otra vez en las reuniones familiares.
“Es importante que el hombre sueñe, pero lo es igualmente que pueda reírse de sus sueños” ( Lin Yutang )
7 comentarios:
Me ha gustado tu entrada además la has rematado con una frase que es para pensarla y anotarla, nunca la había oído.
Muy saludable para la mente lo que escribes.
Un abrazo, amigo
Una buena anecdota. El hombre debe saber reirse de si mismo.
Un abrazo
Jajaja!! ¡Qué bonito es contar ese tipo de anécdotas en familia, ¿verdad?
Abrazo!
Jaja...muy bueno. Saludosss
Muy bueno recordar los tiempos juveniles y poder escribirlos, así otras personas podemos leerlos y hacernos recordar algunas anécdotas de nuestra vida.
Un abrazo Manrique.
Pues no habrá que repetir lo de "chuta, Manrique" cerca de ti, por si las moscas, porque ese pié lo tienes muy enseñado. Besicos.
Publicar un comentario