Mis hermanos vivían en Lyon. Unas vacaciones decidí ir a hacerles una visita. Cierto día que salimos para ver la ciudad entramos en un área comercial muy concurrida para tomar algo. He de decir que a España, por aquel entonces, no había llegado ningún centro comercial de esas dimensiones.
Contando anécdotas, llegamos a los chistes y a mí se me ocurrió contar el siguiente:
Contando anécdotas, llegamos a los chistes y a mí se me ocurrió contar el siguiente:
Existía un convento de monjas distanciado del pueblo. En él habitaban religiosas, mayores y jóvenes. Estaban en tiempos de guerra y la superiora estaba muy preocupada, porque quería comunicar la triste situación a otro convento cercano a ellos. Se reunieron en consejo para decidir a qué religiosa podrían enviar para transmitir la noticia. Determinaron mandar a Sor Alicia, joven, decidida y simpática.
La religiosa, obediente, llegó al convento vecino y conversó con la M. Superiora, comunicándole el problema y les aconsejó que se dedicasen muy de lleno a la oración y a la penitencia.
Sor Alicia volvió al convento sana y salva. Todas, haciéndole corro, le preguntaban con ansiedad y misterio.
- ¿Cómo te ha ido?
- ¡Muy bien!. contestó Sor Alicia.
- ¿Has visto algún soldado? - preguntó una religiosa ya mayor.
- ¡Sí!
- ¡Aaaaaaaaaahhhhh! - gritaron asustadas.
- ¿Qué te dijo el soldado?
- Que me quitara la toca, porque quería verme el pelo.
- ¿Y tú que hiciste?
- Me la quité.
-¿Y tú qué le dijiste?
-Le dije que se bajara los pantalones.
-¡Aaaaaaaaahhhhh! - murmuraban todas a coro
- ¿ Y él qué hizo?
- Se los bajó.
- ¿Y tú que hiciste?
- Me remangué los hábitos y eché a correr,” porque una mujer con las faldas remangadas corre más que un hombre con los pantalones caídos”.
Ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja. Empezamos a reírnos hasta que fue aumentando tanto que no pudimos evitar las lágrimas. Las personas que nos rodeaban sin saber de qué iba, se miraban unas a otras y también se contagiaron.
Mi sobrina, de cinco años, y muy extrañada solo dijo, riendo a más no poder: Pero bueno, ¿qué os pasa?
Mi sobrina, de cinco años, y muy extrañada solo dijo, riendo a más no poder: Pero bueno, ¿qué os pasa?
2 comentarios:
De que iba a ir el chiste ¡eh! Paquito, y sobre todo en aquella época.
Hola Manrique, el chiste está bien gracioso.
Quiero saludarte y darte las gracias por dejar tu comentario en mi blog, desde ahora también tuyo.
He estado ojeando tu blog y en tu primer post me ha sorprendido ver la fotografía de Eunate, yo soy de Navarra y este sitio tiene una energía especial transmite mucha serenidad además de ser muy bonita la iglesia.
Espero verte de nuevo por mi blog, estos días lo tengo un poco abandonado porque tengo exceso de tareas pero pronto recuperaré el ritmo habitual.
Un abrazo.
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