sábado, 22 de noviembre de 2008

Aprendiendo a leer


Durante algún tiempo, todas las Navidades me desplazaba desde la Península a Melilla, donde residían mis padres. En una ocasión, también fue mi hermana con su hijo de cuatro años.
Uno de los días fuimos de compras al centro mi hermana, su hijo, una tía y yo de conductor. Tomamos un té moruno en el ambiente adecuado porque las circunstancias lo requerían.
El niño, muy despierto, observaba todo lo que veía por primera vez, como es natural y comprensible, pues venía del pueblo. Cuando llegó el momento de regresar, nos subimos al coche y durante la conversación, alguien dijo:
- El niño ya sabe leer
Casualmente, pasamos por una tienda con el correspondiente cartel en el que ponía “CALZADOS” con unas letras grandísimas.
- ¡Mira, mira! Demuéstranos lo que sabes. ¿Qué pone en aquel cartel?
El niño, con destreza y desparpajo, viendo que el escaparate estaba lleno de zapatos, empezó a deletrear palabra por palabra:
- “ZA..PA.. TE.. RÍ..A”
Pueden comprender la sorpresa que se produjo en el interior del vehículo al oír la rápida respuesta.
En ese momento pensé: ¡Este chico es un genio!

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Qué guapo sales con tu andador, Manrique!