Hace mucho años comenzaron a funcionar las empresas de conservas.
Crearon unos envases de lata y por medio de un abre-latas podíamos llegar a descubrir el alimento. Se crearon varios modelos de abridores: uno con mango, otro con una especie de cutter incorporado que se plegaba, otro dándole vueltas a una palomilla…
Más tarde, esa misma lata tenía, en una esquina, una chapita saliente o lengüeta en la que se introducía una llave especial y así se podía abrir. Otro invento posterior fue la típica argolla, que había que levantar y tirar.
Últimamente he visto (sobre todo para envasar los espárragos) una tapa como de aluminio que con sólo tirar de un extremo podemos conseguir su apertura con gran facilidad. Por lo que se ve, vamos progresando.
En cuanto a los envases para la leche (los tetrabrik) los primeros salieron con unos pliegues laterales doblados que había que cortar con unas tijeras. Después decían que era “abre-fácil” y se podía cortar con las manos. Hay marcas en las que podemos servir la leche levantando un dispositivo y haciendo palanca.
Pero, amigo, salió lo del tapón.
¿Han observado lo difícil que resulta desenroscar el tapón para conseguir su apertura, sobre todo para aquellas personas de cierta edad?
Primero lo intento yo por las buenas; después ayudándome de una bayeta, con las dos manos y apoyando el tetrabrik en la mesa. Como es imposible, llamo a mi mujer pidiendo ayuda. No hay nada que hacer.
El perro, desde el suelo, observa que algo no va bien. Finalmente llega una idea luminosa: levantamos uno de los dobleces de los extremos, cogemos unas tijeras y hacemos la operación a la antigua usanza. Nos miramos y entonces el perro, viendo que todo se ha solucionado, mueve el rabo y ... ¡¡Guau!!
3 comentarios:
Me alegra muucho de que me hayas visitado y así he podido asomarme a tu diario bloguero. Me encanta ese tipo de historias, como habrás podido comprobar.
Espero que sigas pasándote por Tiflohomero.
Y ya me dirás cómo es que fuiste por Fuentestrún.
Un abrazo cariñoso y buena noche.
Totalmente de acuerdo contigo: no sé cómo se las arreglan para complicarnos tanto la vida...
Hola Manrique, vengo del blog de Alberto.
A mí me parece un engorro (y tengo 35 años) lo del tapón en el tetrabrick porque se queda mucha leche dentro cuando se acaba el cartón y, si quieres aprovecharla, no cae bien y acabas manchándote o derramándola. Yo siempre cojo unas tijeras, corto un extremo y punto. Para mí, el invento más inútil del siglo. A ver si lo quitan. Hagamos campaña en contra, ¡ja,ja!
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