martes, 14 de julio de 2009

SIMULACRO DE BODA

Fondón, en Almería, era el pueblo de mi madre. Cerca de allí, a 4 kilómetros, nace el río Andarax; en concreto en el pueblo de Laujar. Es un lugar especial, ya que se puede ver el agua resbalando por riachuelos e incluso se atraviesa por varios lugares por medio de pasarelas y puentes realizados con troncos de madera. El agua está bastante fresquita, lo que se agradece en los días de calor.
En Fondón viven mi hermana y su marido. En este marco tan encantador todos los veranos pasábamos unos días con ellos y con mi padre. Era el lugar de encuentro de toda la familia.
Un verano coincidimos todos los hermanos y cuñadas allí y celebramos el aniversario de boda de mi hermano Luis y su mujer, Ana.
Por la mañana nos dimos un chapuzón en la piscina de nuestros primos para divertirnos y estar fresquitos. La comida (entremeses y una paella de la zona) la hicimos en el restaurante que hay en el nacimiento del río Andarax .
Al atardecer, planificamos el simulacro de boda. El escenario fue el patio andaluz de mi cuñado Fernando Aguilera, famoso por su antigüedad y su tipismo. Un cartel de grandes dimensiones anunciaba:
“Feliz aniversario de bodas de Ana y Luis”
Los niños y jóvenes de la familia fueron los encargados de representar el simulacro. Los novios: Ruth y Javier. Los padrinos: Luis Carlos y Gema. El cura, Rafa. Los demás chicos y chicas formaban el pueblo. Mi hermana, mi mujer y mi cuñada se habían colocado en la cabeza un lazo de papel blanco que nada más verlas nos tronchábamos de la risa.
Empezó la ceremonia con una gran seriedad. Los anillos, el cura con su ritual en mano y todo el público esperando la pregunta y respuesta de los novios. Se oyó un grito: ¡Vivan los novios! Y la respuesta unánime del público ¡¡Vivan!!
A continuación, la procesión alrededor del patio tarareando la marcha nupcial e intercalando de vez en cuando: ¡Vivan los novios!
Terminada esta primera parte, iniciamos otra que fue más improvisada todavía. Cada uno salió al escenario par realizar lo que mejor sabía hacer. Uno imitó a Lola Flores, otro a Antonio Molina, a Emilio el Moro, cuplés, zarzuela, un número de magia...
Yo me disfracé de navarrico e interpreté una jotica. Nunca tuve voz de jotero, pero en estos casos la afición puede mucho. Al terminar mi actuación oí una voz que decía:
"¡Qué mal lo haces, desgraciao!"
A lo que contesté:
"¡Demasiao de bien, demasiao de bien, pa lo que man dao!"
Mis hermanos, los festejados Ana y Luis, dijeron:
¡Nunca hemos tenido un aniversario tan especial!
Tuvimos una velada maravillosa, difícil de olvidar y más difícil todavía de repetir. Casi todos los artistas ya están casados y con hijos.

“Nada va más deprisa que los años.”

6 comentarios:

erinia dijo...

Que hermoso recuerdo, amigo. Aquí hemos estado este fin de semana con las fiestas del Sacramento (40 años casados)... imagino que dentro de muchos años apenas habrá, ya que cada vez nos casamos más tarde.
Y sí, nada pasa con mayor fugacidad que el tiempo.

Abuela Ciber dijo...

Que cálido lo que has compartido,momentos felices vividos en familia!!!!

Esos si valen la pena vivir!!!

Cariños.

Marga.f.Villalonga dijo...

Que bonito recuerdo!!!!
Y que bonito poder reunir a la familia, con tan gran evento, ojala que todos pudiéramos celebrarlo, y sobre todo con tanta alegría y buen humor.

__Un beso grande

Josefa dijo...

Me ha encantado esta celebración.
En las reuniones familiares cuando hay armonía en la familia da gusto celebrar cualquier cosa y sobre todo incluyendo a los niños.
Gracias por compartirlo. Me he emocionado porque he recordado días felices en mi familia.

Anónimo dijo...

Sigue escribiendo tan bellas historias! UN 10! Este blog se merece un premio!

Marina-Emer dijo...

QUE BONITO EL TEXTO DEL PUEBLO D3 TU MADRE Y QUE ENTRAÑABLE RECUERDO.
GRACIAS POR TUS BELLAS PALABRAS EN MI POST
BUEN FIN DE SEMANA
mARINA