El cuerpo humano es una máquina muy perfecta, de forma que cualquier fallo en unos de sus miembros repercute en todo el conjunto.
Cada uno tenemos nuestra vida, que es un regalo y debemos estar siempre agradecidos y disfrutar de ella lo mejor posible.
Al salir a la calle y andar se despeja la mente y ponemos en juego todos nuestros sentidos, sobre todo al llegar a cierta edad, en que los músculos se van atrofiando. La calle es “el gimnasio” más económico. Ayuda también el hablar, el preguntar, el saludar a los conocidos…
Y es que uno crece cuando salimos a la calle con el amor por delante, esparciéndolo por nuestro alrededor y con la cabeza bien alta caminando hacia el frente. La comunicación nos anima a compartir la alegría y entusiasmo por la vida. Te encuentras con el abuelito que lleva a su nieto a pasear, con la abuelita agarrada del brazo de su cuidadora, con el empleado de la Once cumpliendo con su deber sentado en su puesto de trabajo, con el cartero… Oyes el ruido del camión-grúa, que está limpiando las isletas ecológicas, el griterío de los niños del colegio cuando salen al recreo, los autobuses con o sin pasajeros, la insistente voz del tapicero a domicilio, los árboles, los pájaros y el olor específico de la calle…
Todo un conjunto de factores a los que, por lo general, no hacemos el debido aprecio porque los tenemos todos los días. Los que han permanecido durante algún tiempo hospitalizados o en un sitio cerrado, al salir a la calle y encontrarse con la normalidad perciben con más fuerza la belleza de la vida.
“La vida es fascinante, solo hay que mirarla a través de las gafas correctas” (Alejandro Dumas)
Cada uno tenemos nuestra vida, que es un regalo y debemos estar siempre agradecidos y disfrutar de ella lo mejor posible.
Al salir a la calle y andar se despeja la mente y ponemos en juego todos nuestros sentidos, sobre todo al llegar a cierta edad, en que los músculos se van atrofiando. La calle es “el gimnasio” más económico. Ayuda también el hablar, el preguntar, el saludar a los conocidos…
Y es que uno crece cuando salimos a la calle con el amor por delante, esparciéndolo por nuestro alrededor y con la cabeza bien alta caminando hacia el frente. La comunicación nos anima a compartir la alegría y entusiasmo por la vida. Te encuentras con el abuelito que lleva a su nieto a pasear, con la abuelita agarrada del brazo de su cuidadora, con el empleado de la Once cumpliendo con su deber sentado en su puesto de trabajo, con el cartero… Oyes el ruido del camión-grúa, que está limpiando las isletas ecológicas, el griterío de los niños del colegio cuando salen al recreo, los autobuses con o sin pasajeros, la insistente voz del tapicero a domicilio, los árboles, los pájaros y el olor específico de la calle…
Todo un conjunto de factores a los que, por lo general, no hacemos el debido aprecio porque los tenemos todos los días. Los que han permanecido durante algún tiempo hospitalizados o en un sitio cerrado, al salir a la calle y encontrarse con la normalidad perciben con más fuerza la belleza de la vida.
“La vida es fascinante, solo hay que mirarla a través de las gafas correctas” (Alejandro Dumas)
13 comentarios:
Llevas toda la razón, la calle es un encuentro con nuestro mundo. En ella cabemos todos y ahí todo lo encontraremos: lo bueno y lo malo.
Saludos
Hola mi amigo !!! Bello posteo...es muy bueno caminar y si vas apreciando las cosas a tu paso, pues muchísimo mejor...Te dejo un gran saludo con mucho afecto...por aquí sigue el tremendo calor...vaya verano !! Cariñotes !!!!
Es cierto que muchas veces no nos damos cuenta de lo que tenemos más cerca. Las sensaciones que describes, como los niños a la hora del recreo o el tapicero y su cantinela ("Se tapizan sillas, sillones, butacas (...) y toda clase de muebles que tengan el mal estado..."; jajaja)de tan cotidianas, parece que se vuelven menos importantes.
En realidad salir a la calle es toda una aventura.
Gracias por tu entrada. Un abrazo!
Es que no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta el momento en que nos falta.
Saludos
Muy inteligente tu entrada, a veces no nos damos cuenta de las bellezas que nos rodean por no saber mirar debidamente a nuestro alrededor.
Un beso.
mariarosa
Buenos días, Manrique :) Por supuesto que hay que salir a la calle, porque no hay nada como disfrutar de la vida, y si estamos disfrutando, sin duda que vamos a vivir más. Leí hace poco que un doctor japonés, de 97 años, que aún está en activo, trabajando en un hospital y dando conferencias por su país, dice que para tener una larga vida hay que hacer cosas muy sencillas: caminar, subir escaleras, para mantener los músculos ágiles; emprender actividades que nos mantengan la mente ocupada y nos hagan sentir bien; comer con moderación y tener una agenda bien repleta de proyectos por hacer. El tiene 97 años y dice que tiene la agenda llena hasta el 2014, y que sólo tomará un respiro para asistir a las Olimpiadas :)
Cada uno debe hacerlo a su manera, pero debe hacerlo.
Espero que sigas disfrutando de esos estupendos paseos y de las cosas sencillas de la vida.
Un abrazo.
Adelante amigo , como tu dices en otro post ya te has graduado en un monton de "carreras" ahora a disfrutar de ellas.
Doy fé, es poco agradable estar en sanatorios, sé de eso.
Tal vez or ello gozo tanto del día a día t, de la naturaleza en situ.
Cariños
que bonito y real el relato que nos dejas de la vida en si...yo estoy empezando ahora a vivir aunque en mis escritos parezca otra cosa...uf que mal he pasado los dos años de mi soledad ...solo lo sabe el que pasa por ello...ese amor del compañero no sabe uno lo que es hasta que no se pierde.
un beso para tu mujer y para ti con mi cariño
Marina
Buenos días…es un placer venir
A leer tu blog y agradecerte la
Visita al mío y tus cariñosas y
Elogiosas palabras a mi poesía.
Feliz semana.
Un abrazo
Marina
Efectivamente, pasear y si es a la orila del mar como yo lo estoy haciendo estos días, mejor que mejor. Besos
Me encanta la frase que has compartido de Dumas.
La vida es un viaje, con vivencias negativas, algunas veces, y otras, con vivencias positivas, pero que hay que vivirla en toda su intensidad.
Feliz fin de semana.
Un beso.
Por eso debe ser que me gusta tanto la calle!! ja,ja,ja.
Además de tener la suerte de vivir en una calle donde casi todos nos conocemos a muchos desde que era niña, y también conozco mucha, mucha gente en mi ciudad y mi provincia por eso es casi imposible salir a la calle sin hablar con nadie.
Y como tu bien dices todo esas cosas que vemos en el día a día, yo la verdad que de cada día lo aprecio más y que además lo agradezco, en estos momentos de mi vida a pesar de ciertas cosas que aveces son inevitables y etapas que debemos pasar, te puedo asegurar que "Soy muy Feliz", y espero y deseo que tu también lo seas.
Un beso y un fuerte abrazo.
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