Todos los años, un grupo de alumnos del colegio de los Padres Reparadores de Puente la Reina (Navarra) organizan una peregrinación a Javier: pueblo navarro que vio nacer a San Francisco Javier, patrón de los navarros y de las misiones. Años atrás se venía celebrando esta peregrinación, pero desde el año 1940 se creó la llamada "Javierada", dada la religiosidad del pueblo navarro.
Cierto año me animé y aún recuerdo que fue maravilloso. Me estoy situando muchos años atrás, hacia 1972. Había que salir la víspera, bien temprano y caminar, caminar. Es bonito contactar con la naturaleza, el aire, el sol, el paisaje... El día salió muy bueno, con cierto airecillo a favor del caminante. Este es un factor de máxima importancia. La lluvia es lo que más entorpece: gracias a Dios no la tuvimos.
Pasamos Obanos, Enériz, Eunate y ya en Campanas cogimos la general de Pamplona a Zaragoza. Desde aquí ya se empezaba a ver la Higa de Monreal. En este monte hay un centro de actividades al aire libre. Esto lo saben muy bien los ciclistas, que suelen frecuentar mucho este itinerario. Pasada la montaña de Monreal, empezamos a notar la cuesta arriba.
Estábamos llegando al alto de Loiti. Al mirar hacia atrás se divisaba como si fueran cabezas de alfiler (por la distancia) multitud de caminantes, todos hacia una meta fija: ¡¡Javier!!
Aquí, en Loiti, hicimos parada y fonda. Era el lugar de encuentro. Un coche del colegio vendría con una cazuela de judías verdes, "bien calenticas", que nos supo a gloria.
Al atardecer llegamos a Aibar. Nos hospedamos en casa Zapata, una familia muy buena y religiosa, con muchos hijos, amiga del colegio. La señora, con alguna de sus hijas, después de lavarnos los pies, nos ofreció un bol de sopa caliente. Cogimos los sacos y a descansar. Era una casa de las antiguas y tenía mucho espacio. Ha transcurrido mucho tiempo y los padres ya fallecieron.
Después del merecido descanso, salimos camino a Sangüesa. Vimos el río Aragón, que atraviesa la ciudad. Causa admiración la iglesia de Santa María la Real, un románico puro español. Aquí merece la pena estar un buen rato. Posiblemente a más de uno, se le abra la boca en señal de admiración.
Cierto año me animé y aún recuerdo que fue maravilloso. Me estoy situando muchos años atrás, hacia 1972. Había que salir la víspera, bien temprano y caminar, caminar. Es bonito contactar con la naturaleza, el aire, el sol, el paisaje... El día salió muy bueno, con cierto airecillo a favor del caminante. Este es un factor de máxima importancia. La lluvia es lo que más entorpece: gracias a Dios no la tuvimos.
Pasamos Obanos, Enériz, Eunate y ya en Campanas cogimos la general de Pamplona a Zaragoza. Desde aquí ya se empezaba a ver la Higa de Monreal. En este monte hay un centro de actividades al aire libre. Esto lo saben muy bien los ciclistas, que suelen frecuentar mucho este itinerario. Pasada la montaña de Monreal, empezamos a notar la cuesta arriba.
Estábamos llegando al alto de Loiti. Al mirar hacia atrás se divisaba como si fueran cabezas de alfiler (por la distancia) multitud de caminantes, todos hacia una meta fija: ¡¡Javier!!
Aquí, en Loiti, hicimos parada y fonda. Era el lugar de encuentro. Un coche del colegio vendría con una cazuela de judías verdes, "bien calenticas", que nos supo a gloria.
Al atardecer llegamos a Aibar. Nos hospedamos en casa Zapata, una familia muy buena y religiosa, con muchos hijos, amiga del colegio. La señora, con alguna de sus hijas, después de lavarnos los pies, nos ofreció un bol de sopa caliente. Cogimos los sacos y a descansar. Era una casa de las antiguas y tenía mucho espacio. Ha transcurrido mucho tiempo y los padres ya fallecieron.
Después del merecido descanso, salimos camino a Sangüesa. Vimos el río Aragón, que atraviesa la ciudad. Causa admiración la iglesia de Santa María la Real, un románico puro español. Aquí merece la pena estar un buen rato. Posiblemente a más de uno, se le abra la boca en señal de admiración.
Hay 8 kilómetros desde Sangüesa a Javier. Aquí empiezan a funcionar los altavoces anunciando las debidas normas y avisando que pronto comenzará el Via-Crucis, a pie y en oración. Por las orillas de la carretera se ponían los sacerdotes con un distintivo, para aquellos peregrinos que desearan recibir el sacramento de la confesión. Entre estación y estación se entonaba un cántico.
Llegamos a una gran explanada donde estaban aparcados numerosos autocares, para el regreso. Más lejos, se divisaba otra explanada, donde debía celebrarse la Eucaristía. Con mucho clero, se inició la Liturgia de la Eucaristía. Los cánticos, el sermón, la comunión, el ambiente, todo ayudaba a levantar la cabeza hacia arriba, y exclamar ¡¡Gracias, Dios mío, por estar aquí!!
Llegamos a una gran explanada donde estaban aparcados numerosos autocares, para el regreso. Más lejos, se divisaba otra explanada, donde debía celebrarse la Eucaristía. Con mucho clero, se inició la Liturgia de la Eucaristía. Los cánticos, el sermón, la comunión, el ambiente, todo ayudaba a levantar la cabeza hacia arriba, y exclamar ¡¡Gracias, Dios mío, por estar aquí!!
Una vez terminado todo el evento y con mucho barullo, conseguimos llegar a la iglesia donde se venera el famoso Cristo de Javier. Tallado en madera de nogal: destaca en él, una suave sonrisa, que gusta contemplar.
La próxima Javierada se celebrará a principios del mes de marzo. Animaos a ir, si tenéis tiempo y ganas, seguro que no os arrepentiréis
¡¡Cómo me gustaría repetir esta peregrinación!! Aunque he que contentarme con la voluntad de Dios, porque mi estado de salud no me lo permite.
¡¡Cómo me gustaría repetir esta peregrinación!! Aunque he que contentarme con la voluntad de Dios, porque mi estado de salud no me lo permite.
3 comentarios:
nunca había oído hablar de esta peregrinacion ni de este Cristo, debe ser bonita esta peregrinación, pero Navarra está muy lejos y a principios de Marzo no hay vacaciones, pero me lo apunto.
Al leer el nombre del colegio me sonaba mucho y era de haberlo leído en la web del colegio Padre Dehón de Novelda, donde estudia mi niña, son de la misma congregación.
besos
Que interesante!!!!
Y que bonito y emocionante,
que parece pues lo explicaste
muy bien y detallado, a mi ya
me gustaría pero me queda
bastante lejos, y aparte en esta
semana ya me voy unos dias a
Galicia, así que cuando recrece
también contare. Espero que te
mejores para poder asistir,
Ah!! gracias por agregarme a tu blog.
____Un beso
Amigo Manrique, yo hice la Javierada con 20 años. Cuarenta años más tarde la volví a hacer y ya llevo unos cuantos repitiendo. En la actualidad ya me estoy preparando para la próxima, a eso es debido los paseos que he iniciado y que relato en mi blog.
Te puedes imaginar lo que es desde Tudela. Se sale el viernes a las 6 de la mañana. Camoinamos hasta las 6 de la tarde que llegamos a Carcastillo donde hacemos noche. El sábado vuelta a lo mismo hasta llegar a Sangüesa que ya conoces. El domingo a Javier. El gurpo con el que yo marcho, vamos directamente el Sábado al mismo Javier y dormimos el en albergue.
Como bien dices la experiencia es enriquecedora independientemente de los motivos por los que se haga.
Si voy este año, no te preocupes que caminarás comigo. Un abrazo
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